lunes, 19 de octubre de 2009

CON CUÁNTAS IDEAS PODRÍAN DEFINIRSE LAS AUSENCIAS




Con cuántas ideas podrían definirse las ausencias
Cómo inventariar la profusión de palabras que emergen
cual hijas pródigas, tesoros ocultos, enarbolados, amores
no conocidos. Movimiento, ruido y manantial. Hervidero de sonidos.
Hallazgo y florilegio ignoto, confusión, admiración inventariada.

Puedo volar alucinada, enhiesta sobre la taciturna noche
Frente a la mullida urdimbre de tus azules ojos
Sobre la vastedad de la siempreviva eterna y el tejado ajeno
Puedo escribir racimos con tus versos leves,
Puedo eternizar la vida si así lo prefieres,
O crear periplos con la esencia de tus años.

Pero no hallo una idea, una palabra, ni tan siquiera un verso
para definir mis espantos y mi dislocada providencia
sin acudir a la intranquilidad silenciosa de las aves,
a las imágenes del horizonte inasible de mis días,
a la hierba húmeda de tu voz risueña, ni a la feroz partida de los sueños breves.

Con cuántas ideas podría definir la voz del niño de Gaza
que se levanta cada día con su ingrimitud
con sus manos vacías de aves y tiempos
tan lleno de ausencias colonialismo y muerte

Entre el fósforo blanco y las bayonetas
el fragor eterno y cercenado sueño
mediterráneos lagrimones y estrellas asediadas
emboscados espantos asombro y eclosión
inocencia secuestrada y celebración.
Enmudece mi verso.


BETINA DE LA ROSA.