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jueves, 12 de noviembre de 2020

LA LECTURA

Leer sin comprender no representa ningún avance en los estudios. La correcta interpretación de los textos de estudio es el objetivo final del aprendizaje. La Lectura Profunda es la etapa más importante del estudio, porque en ella se adquieren todos los conocimientos que hacen falta para aprobar una materia. Finalizada la visión panorámica que ha permitido ‘ver el bosque’, se pasa ahora a realizar un trabajo en profundidad, que facilitará ver las distintas especies de ‘árboles’ que lo componen. Podemos señalar de tres pasos para la Lectura Profunda, a fin de favorecer la comprensión: - Subrayar las ideas principales. - Resaltar las Palabras-Clave que definen o completan esa idea. - Construir una información personal con el texto (cuadro sinóptico, un resumen, esquema, diagrama o Mapa Mental). El objetivo es lograr la comprensión clara del material bibliográfico indicado para una unidad de la materia que se trate. La lectura de los apuntes de clase correspondientes a esta unidad, será de utilidad para abordar los capítulos del o los libros que se señalan. Técnicas para el análisis de un texto. Analizar un texto es descomponerlo en sus unidades de significación mínima más importantes. Para ello, se aplican varias reglas o normas prácticas: - poseer una actitud activa, crítica, frente al texto. - hacerle preguntas. - representarse gráfica y conceptualmente lo que se lee. - parcelar el texto (con un cuadro sinóptico). - subrayarlo, diagramarlo o resumirlo. ¿Cuál sería la actitud opuesta a la activa? 1. Lectura panorámica. La del lector que simplemente deja deslizar sus ojos por sobre el texto, esperando que el mismo penetre en algún lugar de su cerebro, por arte de magia, o bajo el primitivo procedimiento de la repetición mecánica. 2. Lectura comprensiva. Una vez adquirido el conocimiento estructural a través de la Lectura Panorámica (o de los primeros pasos de los métodos de estudios dados), se comienza a trabajar el texto comprensivamente, con la ayuda de las siguientes técnicas: - Subrayado - Cuadros sinópticos o Esquemas - Diagramas - Resumen o Síntesis - Mapa Conceptual Antes de dominar a fondo cada una de estas herramientas, es necesario comprender el concepto de IDEAS PRINCIPALES y SECUNDARIAS, y reconocer los TIPOS DE PÁRRAFOS en los que ellas se desarrollan. LAS IDEAS PRINCIPALES 1. Expresan la afirmación más general, abarcan y dan sentido a los demás contenidos del párrafo. 2. Afirman lo más importante, lo imprescindible; si se suprime, el párrafo o los párrafos pierden sentido. 3. En algunos casos, el autor destaca cuál es la idea principal con expresiones como: ‘Lo más importante...’ ‘Destaquemos...’ ‘Resumiendo...’ ‘Lo fundamental...’ ‘Concluyendo...’ 4. El párrafo que contiene la idea principal (una o más), es el que mejor responde a la pregunta: '¿De qué se está hablando?' LAS IDEAS SECUNDARIAS 1. Explican y desarrollan el contenido de la idea principal. 2. Expresan datos accesorios, detalles, ejemplos, matices, que complementan la idea principal. 3. En sí mismas tienen escaso sentido; para que tengan sentido tiene que existir la idea principal, dependen de ella. 4. Dan argumentos para afirmar o rechazar la idea principal. TIPOS DE PÁRRAFO. PÁRRAFO DEDUCTIVO. En el párrafo, la idea principal está al comienzo y luego se expresan las ideas secundarias como: razones, argumentos, conclusiones que se deducen de la idea principal. PÁRRAFO MIXTO. En algunos casos se inicia el párrafo planteando un problema y se citan algunos datos, se busca una solución, se coloca la idea principal y luego se da una respuesta al problema, por último se sacan las conclusiones. PÁRRAFO INDUCTIVO. Es aquel dónde se aportan datos, pruebas, observaciones que inducen a pensar algo que luego se termina afirmando, demostrando o concluyendo, respecto de la idea principal. No siempre la idea principal aparece en forma visible, puede estar sugerida, es entonces cuando una clara comprensión del texto es indispensable para individualizarla. EL SUBRAYADO El objetivo del subrayado es destacar las ideas esenciales de un texto. Posteriormente, al leer únicamente lo subrayado se puede recordar el contenido de dicho texto. Las principales teorías psicológicas de la percepción humana fundamentan esta técnica, ya que está demostrado que la memoria se fija y recuerda más y mejor aquellas cosas que se resaltan. ¿Por qué es indispensable subrayar un libro para leerlo? - En primer lugar, porque así nos mantenemos despiertos, totalmente despiertos y no sólo conscientes. - En segundo lugar, leer, si lo hacemos activamente equivale a pensar, y el pensamiento tiende a expresarse en palabras, escritas o habladas. - En tercer lugar, el subrayado evita tener que leer de nuevo todo el texto. UN BUEN SUBRAYADO NOS COLOCA EL TEXTO EN TELEGRAMA, ahorrándonos tiempo y esfuerzo para la captación de su esencia significativa. 1. ¿CUÁNDO SUBRAYAR? Inmediatamente después de captar el texto. De lo contrario, no sabrás qué remarcar. 2. ¿QUÉ SUBRAYAR? Los puntos más importantes, los argumentos de mayor fuerza. Las ideas centrales, las Palabras-Clave. (Mucho más en lo humanístico que en lo técnico). 3. ¿CÓMO SUBRAYAR? Líneas ondulantes debajo, para lo esencial; líneas llenas, para lo secundario pero significativo. Si quieres subrayar un documento que tengas en la computadora, en lugar de usar líneas ondulantes para resaltar lo esencial, puedes apelar (ya que los procesadores de texto no tienen la opción de líneas ondulantes) a la opción doble línea. - Puedes numerar en orden los subrayados, para guiarte en el Resumen o en la confección del Mapa Mental. - Marcar las definiciones con flechas. - Si el libro no es nuestro, no podemos subrayar. Por eso, si tienes los medios, es conveniente comprarlo. LO QUE NO DEBE HACERSE: • Terminar subrayando media página o la mayor parte de la página. • Tampoco subrayar en la primera lectura, sin haber leído el índice, el prólogo, la bibliografía y la introducción. LA LECTURA PROFUNDA Una vez que se ha hecho una Lectura Panorámica, se puede abordar con una gran ventaja la Lectura Profunda de un texto, libro o documento. La gran diferencia es que la Lectura Panorámica habrá preparado muy bien el terreno (de la mente) para que la Lectura Profunda, que podrá ser total o parcial, según nos lo haya indicado con rapidez la Lectura Panorámica, brinde sus máximos beneficios en la ecuación Velocidad/Comprensión/Memorización. En este trabajo nos proponemos lograr una sinergia de las siguientes habilidades: • la Lectura Panorámica, • la Lectura Profunda facilitada con técnicas de Lectura Dinámica • el procesamiento eficaz con Reglas Mnemotécnicas basadas en los Mapas Conceptuales, • el incremento del Vocabulario, • y las habilidades de Expresión Oral y Escrita. La Lectura Profunda no es otra cosa que una actitud activa en el proceso de leer, pautada por preguntas fundamentales que el propio lector debe contestar a medida que lee. El arte de leer en cualquier nivel consiste en el hábito de plantear las preguntas adecuadas en el orden correcto. Existen cuatro preguntas fundamentales que hay que plantearse ante un libro: 1. ¿De qué trata el libro? Hay que descubrir el tema básico y en qué orden lo desarrolla el autor, subdividiéndolo en sus temas principales y subordinados. (Esto ya lo tendrá asimilado por la Lectura Panorámica). 2. ¿Qué dice en detalle, y cómo lo dice? Hay que intentar descubrir las ideas, los datos y recursos principales que constituyen el mensaje concreto del autor. 3. ¿Es el libro un reflejo de la realidad, total o parcialmente? No se puede responder a esta pregunta sin haber contestado a las dos anteriores. Hay que saber qué dice el libro para decidir si está de acuerdo con la realidad (o con nuestra visión de ella), pero cuando se entiende el texto en cuestión, existe la obligación, si se está realizando una lectura seria, de formarse una opinión propia. Conocer la del autor no es suficiente. 4. ¿Qué importancia tiene? Si hemos obtenido información del libro hay que preguntar qué significa. ¿Por qué piensa el autor que es importante saber estas cosas? ¿Es importante saberlas para el lector? Y si el libro no sólo nos ha proporcionado información sino que nos ha aportado conocimientos, hay que buscar más conocimientos preguntando qué viene a continuación, qué otras consecuencias o sugerencias tiene, a qué otras obras remite para profundizar aún más los conocimientos, etc. Leer un libro supone esencialmente un esfuerzo por plantearse preguntas (y contestarlas como mejor podamos). Es un punto que no debemos olvidar, y por ello existe una gran diferencia entre el lector activo y el lector pasivo. Éste último no plantea preguntas y no obtiene respuestas. Las cuatro preguntas mencionadas resumen la responsabilidad de todo lector y son aplicables a cualquier cosa digna de leerse: un libro, un documento o un artículo. No se realiza una lectura analítica satisfactoria hasta que el lector conoce las respuestas a dichas preguntas, aunque sólo sea según su propio esquema de las cosas. Saber en qué consisten las cuatro preguntas no es suficiente; hay que recordar formularlas mientras se lee. La costumbre de hacerlo constituye el distintivo de un lector exigente. Además, hay que saber cómo contestar con precisión. La destreza en esta tarea es precisamente el arte de leer. Hay personas que se cansan cuando tienen entre manos un buen libro no porque no deseen realizar un esfuerzo, sino porque no saben hacerlo. Los buenos libros nos superan; en otro caso, no serían buenos. Y este tipo de libros nos cansan o abruman a menos que seamos capaces de darles alcance y de ponernos a su mismo nivel. No es el esfuerzo lo que nos cansa, sino la frustración de no conseguir nada con ello, porque carecemos de la habilidad para hacerlo adecuadamente. Para leer activamente, no sólo hay que tener la voluntad sino también la destreza, el arte que nos permite superar rápidamente los tres escalones mostrados al principio del libro: pasar de la información al conocimiento, y de éste al aprendizaje. Si se ha adquirido el hábito de plantearle preguntas a un libro a medida que se va leyendo, eso significa una mejora substancial en nuestras habilidades de lectura, pero no basta con plantearse preguntas, sino que hay que intentar contestarlas. Y aunque, en teoría, esto puede hacerse sólo mentalmente, resulta mucho más fácil realizarlo con un lápiz, porque este instrumento es el signo de que estamos alerta mientras leemos. El lápiz, además, nos servirá como guía para las técnicas de Lectura Dinámica, que se ve en la sección de LECTURA VELOZ. Literalmente, subrayar un libro equivale a la expresión de las diferencias o de las coincidencias del lector con el escritor.Existen diversas formas de anotar un libro de forma inteligente y fructífera. A continuación ofrecemos algunos recursos: 1. Subrayado: de los puntos más importantes, de los argumentos de mayor fuerza. Lo que no debe hacerse es terminar subrayando media página o la mayor parte de la página. Tampoco subrayar en la primera lectura, sin haber leído el índice, el prólogo, la bibliografía y la introducción. 2. Líneas verticales en el margen: para destacar un argumento concreto ya subrayado o un párrafo demasiado largo como para ser subrayado. 3. Asteriscos u otros signos al margen: para destacar los argumentos o párrafos más importantes del libro. Como alternativa al subrayado de colores, puede utilizarse un signo de interrogación para las dudas, uno de exclamación para el acuerdo o la importancia, un ‘signo más’ para volver a ese punto y explayarlo con otros materiales, etc. 4. Tiras de Papel entre las páginas: también se pueden colocar una o varias tiras de papel (aun de distintos colores); especialmente útiles son las que traen un pegamento débil. En cualquiera de estos casos, se podrá sacar el libro de la estantería y, al abrirlo por la página señalada, refrescar la memoria. 5. Números en el margen: para señalar una secuencia de puntos realizada por el escritor, o por el propio lector, en el desarrollo de un argumento. 6. Numeración de otras páginas en el margen: para indicar donde señala los mismos puntos el autor, u otros puntos referidos a los ya señalados o contrarios a éstos, con el fin de unir las ideas del libro que, aunque estén separadas por muchas páginas, pertenecen al mismo grupo. Muchos lectores emplean las letras «cf», que significan «compárese» o «referido a», para indicar el número de las otras páginas. 7. Rodear con un círculo las palabras o frases clave: cumple prácticamente la misma función del subrayado. 8. Escribir en el margen, o en la parte superior o inferior de la página: para señalar las preguntas (y también las respuestas) que pueda plantear un párrafo concreto, para reducir una exposición complicada a un enunciado sencillo, para dejar constancia de la secuencia de los puntos más importantes del libro. 9. Pegar el Mapa Conceptual del libro en la última página, para una consulta rápida al contenido total del mismo. ¿CÓMO HACER UN ESQUEMA? Inicialmente, debemos definir la idea central del texto. Anotar ideas secundarias, consecuencias de la idea central. El esquema debe contener la información más importante con el mínimo de palabras. Debe ser coherente y comprensible. Hay que estructurar la información de modo que se pueda visualizar al primer golpe de vista. Es recomendable elaborar el esquema con lápiz de mina y goma, a fin de poder ir modificándolo. Algunos tipos de esquemas son: A.COMPARATIVOS: Se utiliza generalmente cuando tienes que establecer semejanzas y diferencias entre dos conceptos. La forma de expresarlo se presenta en el modelo que sigue, el que solo para efectos de no saturarte con información se ha omitido el texto. Intenta completar un esquema similar con algún tema y texto de tu elección. B. JERARQUICOS VERTICALES: Se utiliza de preferencia cuando se identifica un concepto o idea principal, que se desglosa en ideas secundarias y estas, a su vez, se ramifican en detalles, características o ejemplos, siguiendo, como su nombre lo dice, un orden jerárquico. Observa el ejemplo, al que se le ha omitido el texto, e Intenta hacer uno con algún tema de tu elección. C. SECUENCIADOS: la ordenación puede realizarse atendiendo a variables como: paso del tiempo, cambio de forma o cambio de un conjunto de características variables. Se utiliza preferentemente en contenidos que fechas o etapas secuenciales. Nuevamente se ha omitido el texto en el ejemplo siguiente. Intenta completar uno distinto con algún tema de tu elección: Para detectar qué esquema elegir utilizar con los textos a estudiar, es necesario primeramente: • Leer el texto completamente • Leer cada párrafo y determinar de qué se habla en cada uno”