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domingo, 17 de febrero de 2008

SOCIALISMO EN MARCHA

La doctrina “El Fraternalismo, o Revolución por el Amor”, se fundamenta una forma ideal de sociedad la cual surge de las relaciones del hombre con el otro hombre, cuando en la conciencia de cada uno vibra con fuerza de ley el fraternal reconocimiento de que todo hombre es su hermano; y tiene, entre otros, como objetivo fundamental reeducar al hombre social, política y moralmente, para que en forma consciente y voluntaria, proceda al cumplimiento de sus deberes, a la par que no permita que se les nieguen sus derechos y que entienda que tiene que reclamarlos con todo su coraje que da saberse asistido por la razón, recurriendo para ello a la construcción de la unidad del pueblo.

“El Fraternalismo o Revolución por el Amor”, introduce un nuevo elemento en la política, por considerar que no hay fuerza superior a esa fuerza ni nada capaz de detenerla cuando se emplea como factor indispensable y decisivo para la edificación de una sociedad justa en un mundo mejor: Ese elemento es el AMOR, pero no el amor platónico, místico, enclenque, enfermizo si no EL AMOR REVOLUCIONARIO, porque no hay nada más revolucionario que el amor.

El amor es la fuerza omnipotente que organiza y mueve todo el universo; es la que hace que las plantas crezcan y den frutos; es la que llena de aromas y cánticos los bosques; es la que le da energía, calor y vida a todo lo existente; es la que en el hombre mueve sus piernas, sus manos, su corazón y todo su ser; y es la que echa conciencia en nosotros debe normar todas nuestras acciones para que estas produzcan siempre resultados beneficiosos.

En cada hombre, ya hemos afirmado hay una parte de esa GRAN FUERZA UNIVERSAL, la cual el hombre en su inconsciencia no aprendido a utilizar; le a enseñado a ser uso de las destructoras fuerzas químicas y otras, pero no lo han educado para que emplee las poderosas y constructivas fuerzas del amor que él posee y que son superiores a cualquier otra fuerza.

“El Fraternalismo, o revolución por el Amor”, con sus 5 partes dedicadas todas a concientizar al hombre sobre la importancia moral, política y social que tiene el AMOR, viene a cumplir con ese cometido: ENSEÑAR AL HOMBRE A UTILIZAR LAS FUERZAS DEL AMOR.

Ø AMOR COMO FUERZA EDUCATIVA
Ø AMOR COMO FUERZA ORGANIZATIVA
Ø AMOR COMO FUERZA CONSTRUCTIVA
Ø AMOR COMO FUERZA EQUITATIVA
Ø Y AMOR COMO FUERZA REVOLUCIONARIA.


Ante esta dialéctica de informar esta problemática política social muchos se preguntaran ¿ pero será posible que el amor puede servir para educar, organizar, construir, para ejercer la equidad y para impulsar y lograr la revolución social de un país?.

Para el actor de “El Fraternalismo o revolución por el Amor”, no hay en lo más recóndito de su ser la mínima porción de incertidumbre de q eso sea así: Porque si el amor es Sabiduría Universal; la Fuerza Omnipotente que organiza y rige el universo infinito; la que construye las obras todas que existen y existirán en la naturaleza; la que con asombrosa justicia reparte los bienes de la creación sin hacer acepción de personas, puesto que no le pone a ninguno rotulo de propiedad particular a favor de nadie; y la que en absoluta libertad impulsa todos los cambios hacia un eterno progreso: ¿ no va a servir como la fuerza propulsora de la organización política y moral de una nación y del mundo todo?

La respuesta surge con claridad meridiana: ¡verdad que sí! Pues, no hay otra fuerza que impulse todos los cambios, incluyendo los sociales, si no el AMOR: Por el amor a la libertada nuestro Libertador Simón Bolívar nos dio la independencia, y por amor a la dignidad y progreso humano se han realizado todas las transformaciones sociales, económicas y políticas que se han operado en nuestro mundo

En esas 5 partes doctrinales de profundos contenidos humanísticos se le enseña al hombre que debe estudiar, comprender a profundidad y llevarlos a la practica, para que pueda lograr la revolución de su conciencia, base indispensable, para la revolución social.

Reeducado el hombre a través de estas enseñanzas de alto contenido político, moral y fraternal sin demagogias ni componendas politiqueras, aparece en él con imperativo de ley la fuerza del amor la cual responsablemente y en cada instante lo impulsara a protestar contra todas las injusticias y a no ceder en su empeño hasta erradicarlas. Y si en estas relevantes condiciones éticas se encuentran todos los hombres de una nación, no hay problemas por grandes y difíciles que sean, que no tengan una pronta y correcta solución; porque la fuerza que engendra la suma total del amor de todos, será suficientemente poderosas como para resoverlos y para darle a esa nación estado municipio o comunidad una ejemplar organización política y administrativa enmarcada dentro de una rigurosa y justicia social.

Tomada del libro: El Fraternalismo, o Revolucionarios por el Amor.
De: Eloy García Mata