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domingo, 8 de abril de 2007

¿SOCIALISMO DEL SIGLO XXI?


La experiencia ha demostrado que el capitalismo se asienta en la democracia representativa, lo que significa, gobierno de élites, sistema que se apoya en las desigualdades y en consecuencia, profundiza las injusticias. Que no puede haber democracia real si no hay justicia ni igualdad; y que donde no hay justicia ni igualdad, tampoco habrá paz. Frente a esta realidad, el Presidente Chávez ha señalado insistentemente que “sólo el Socialismo puede traer justicia social a los pueblos latinoamericanos, caribeños y al mundo en general”. Su propuesta es un llamado a la conciencia individual y colectiva, para que frente al fracaso del modelo capitalista neoliberal, dependiente y salvaje, caminemos juntos hacia la construcción de un nuevo orden social: el socialismo del siglo XXI.
El socialismo del siglo XXI será una realidad cuando el colectivo organizado asuma de manera consciente los postulados de la revolución bajo una óptica socialista que les permita generar cambios en las estructuras sociales, de poder y en las relaciones de producción.
Estos conceptos infunden miedo en los pequeños grupos de burócratas que desde siempre, habían ostentado el poder en detrimento de las grandes mayorías. La burguesía venezolana, aparte del temor a perder los privilegios del pasado, asocia la propuesta con el modelo de socialismo marxista leninista, aún cuando saben que su filosofía ha dado respuestas a la problemática planteada por el pensamiento progresista de la humanidad, especialmente, en aquellos que se relacionan con la cultura de los pueblos. De esto, hay evidencias en algunos países, donde sí resultó exitosa. En lugar de abrir espacios para la confrontación de ideas y el sano debate, con el apoyo en los antimedios de comunicación y del gobierno norteamericano, han emprendido una campaña mediática de terror que no ha podido calar en el colectivo, quien no haciendo eco a sus cantos engañosos y voces agoreras, se decidió de manera masiva y contundente por la propuesta revolucionaria.
El Presidente también aclara que en el caso venezolano, debe plantearse un Socialismo Nuevo que responda a las necesidades y características del país y en consecuencia, debemos construirlo como un proceso de aprendizaje a partir de una reflexión-acción dialéctica que nos oriente hacia la sociedad que queremos. Esto por supuesto, apunta hacia un cambio social y cultural que legitime los valores del socialismo: el bien común en un marco de tolerancia, paz, solidaridad y exaltación de la dignidad del ser humano por encima del mercado y el capital.
De manera que el socialismo bolivariano no es una doctrina. Es un proceso colectivo de transformación y cambio para construir una nueva visión de país. Para lograr este sueño, debemos inicialmente, transitar los caminos para reencontrarnos con nuestras raíces, nuestros orígenes, con el pensamiento latinoamericano y particularmente, con el ideario bolivariano. La ideología que subyace en la propuesta presidencial tampoco es una novedad. La ha venido planteando el presidente desde los años 80, con el 'árbol de las tres raíces', base fundante del movimiento revolucionario. Una raíz bolivariana, que plantea su tesis sobre la igualdad, la libertad y la integración de América Latina; una raíz zamorana que propugna la soberanía popular y la unidad cívico-militar, y una raíz robinsoniana, base para una nueva República, centrada en la educación popular, la libertad y la igualdad. El socialismo del Siglo XXI también se apoya en el pensamiento cristiano y los principios crísticos: humildad, igualdad y justicia social; en un socialismo auténtico, que no responda a intereses individuales ni imperialistas, tampoco una copia de modelos foráneos.
De manera que como modelo por construir, debemos asumir su concreción con visión endógena es decir, desde adentro, desde nuestros sueños, desde nuestras propias raíces, donde moran las voces y valores de nuestros aborígenes, héroes y maestros. Lo que nos exige además, volver la mirada hacia nuestras experiencias ancestrales sobre la convivencia social colectiva y solidaria, las ideas políticas y pedagógicas de nuestros grandes maestros y héroes: Simón Rodríguez, Luís Beltrán Prieto Figueroa, Simón Bolívar y Artigas entre otros, sobre educación, solidaridad, integración de los pueblos, administración de la justicia y eliminación de los privilegios.
Desde el punto de vista de las ideas y procederes, los rasgos básicos del socialismo bolivariano son la moral y la democracia participativa y protagónica. La primera, que abrirá los caminos para la recuperación del sentido ético de la vida y la fuerza que requerimos para luchar contra los antivalores del capitalismo (individualismo, egoísmo, odio, privilegios y la corrupción) y la segunda, como estrategia para devolver el poder al pueblo soberano.
Se plantea así como la primera propuesta de democracia humanista planteada al país después del año 1958. Es revolucionaria, bolivariana y pacífica, que da preferencias al ser humano y su desarrollo integral; lo que le permitirá al colectivo social construir la nueva República, en un contexto signado por constantes cambios donde se imponen necesariamente, la convivencia ciudadana solidaria, la equidad, la participación y la democracia.
Su carácter revolucionario no se expresa en las armas sino por las transformaciones profundamente espirituales que en ella se implican desde las bases para generar un cambio estructural en la sociedad venezolana, en sus instituciones, en las formas de propiedad y distribución de la riqueza, la igualdad de oportunidades y la democracia participativa. Es bolivariana por los principios libertarios que la inspiran para las relaciones de producción y autodeterminación de los pueblos, la soberanía geográfica y cultural, y la educación popular como bases para alcanzar de manera sustentable, la justicia social.
La expresión más genuina del socialismo del Siglo XXI está naciendo en los consejos comunales desde donde se promoverán las vocerías y asambleas de ciudadanos en la toma de decisiones conjuntas por el bien común de manera sana, autónoma, autogestionaria, solidaria y sin aquellas interferencias políticas plegadas a intereses particulares. Esta es la esencia del proceso revolucionario. Esto es lo que se denomina “Democracia directa, protagónica y participativa”.
Entonces… ¿Cuál es el miedo? ¿Cómo que para qué el Socialismo del siglo XXI? para transformar el poder en instrumento del pueblo y la reconstrucción de la identidad venezolana y latinoamericana auténticas ¿Por qué el Nuevo Socialismo o Socialismo del Siglo XXI? Porque es la única alternativa viable que nos permitirá dar respuestas a las necesidades del pueblo venezolano, impulsar la justicia social, la equidad, la libertad; la defensa de su soberanía cultural y territorial. Porque la propuesta en sí lleva implícita, la reivindicación del hombre como ser humano integral, conocedor, respetuoso y defensor de su historia, sus leyes, su soberanía y su dignidad. Porque el socialismo en definitiva, es el camino para formar al patriota solidario y comprometido con su historia; consciente de que para avanzar hacia un mundo mejor, todos debemos estar bien y para ello, se organiza, participa, respeta las decisiones de la mayoría y toma decisiones en colectivo.