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miércoles, 29 de octubre de 2008

YO TAMBIÉN TENGO MIS LOCURAS

LA VENTANA

A Mario Acuña Santanielo, a José Varela y a tantos alumnos que como ellos, vieron el mundo de otra manera.


Un día también me asomé a tu ventana. Encontré el mar…tan amplio y bondadoso. No cabía en tanta inmensidad. Abrazado al mundo en azul mirada. El mar…Entrega al hombre las esperanzas del mundo, el pez, un aliento de mujer, la leche tibia en la boca del niño, la fatiga, los sueños y las alegrías de la claridad infinita que emerge de sus profundidades.

Ese día vi entrar por tu ventana abierta todos los secretos que encierra el universo… y comprendí…No importan los aconteceres ni las posturas decadentes… Vale la pena existir bajo este azul infinito…

Fue entonces, cuando también asomada a tu ventana vi al niño transformando el mundo… caminaba sobre los cuatro caminos que suelen hacernos polvo, nada, sombras y silencios. Sin embargo, ibas alegre, tomado de la mano a la alegría para no dejarla ir. Un niño volaba su papagayo allí.. donde un día también pasaste para defender la vida y sus espacios colectivos, donde dejaron de vagar por la montaña tus ensueños…

Y miré al pescador con sus redes tendidas a la vida. Entonaba una canción desconocida que regocijaba soledad hasta la locura. Hablaba de libertades al dulce son de la tristeza milenaria. Y la arrastraba hasta la playa de su pueblo…

Y vi a una familia trotar por el malecón. Sus rostros mostraban satisfacción
Dolor se había perdido por su individual ocaso en esos tiempos. También la brisa levantarse en sus cabellos frente al padre aire impositor… Al fin… libertad recobrada.

Y pude ver a una madre cruzar por las calles de aquel viejo pueblo para llevar hacia otra parte su sonrisa. Vi al amor vuelto espuma, mezclado entre las olas. Rompía las barreras del naufragio. Se imponía entre la multitud con la misma calma asombrosa que redime al hombre de su caos.

También miré al odio hundirse en su oceánica mediocridad. No pudo con los sueños de los hombres. No pudo trastocar la sonrisa infantil ni amasar contaminación donde armonía residía. Y vi alcatraces bailar en círculos lejanos sobre los restos de un barco abandonado a la deriva. Ofrecían a sus alegres crías gotas de amor llenas…prácticas vitales…Y esperanza alborozó de nuevo frente al lo que un festín de plumas parecía.

Con sus picos las madres recogían esperanzas esparcidas en la bruma para entregarlas amorosamente a sus hijos cada día. Para abrazar al mundo con la vida. Y vi los sueños concretarse en cada peña donde las azules aguas refrescaban bajo el sol.

No quise cerrar tu ventana. Los resignados antisueños han marchado. No pasarán ya más como solía. Tormentos a tu herida sensibilidad…

Deja abierta la ventana. Déjala por siempre así…y espera silente y sin desmayos…En ti existe la fuerza del camino, voluntad con certeza y deseos cambian todo.. No dejes pasar por tu ventana la perdida esperanza ni la enfermedad de la moral desdicha. Ni la moribunda fe de los convictos.

Mira eterno al otro lado. Mira lo bueno. No dejes que la vida te canse con sus delirios, permite que los vientos se acerquen a las aguas y que el éter divino, sin principio ni fin, te cubra con sus plumas milenarias. Porque, la vida, sus amargos y sus buenos afectos siempre deparan nuevos sueños. Activa la autonomía detenida. La libertad del pensamiento creativo. Y no te resignes a la decadente moral de viejos tiempos. Activa hijo tus sueños.. Jamás dejes de luchar por ellos…Para que jamás tu ventana sea una ventana inútil a la vida.