martes, 7 de diciembre de 2021

UN VIAJE A LA INDIA

 

“Esas montañas constituyen la arquitectura de las preguntas y las respuestas.” Forster.

 



“Un viaje a la India“(1924), de Edward Morgan Forster (1879-1970), es una obra misteriosa, escrita como una reflexión sobre nuestra esencia espiritual y en su contenido, se proyecta un entramado histórico, filosófico y religioso en la cual el autor entreteje varios temas como: el colonialismo, el amor o la amistad, las relaciones de amor-odio, la discriminación racial, religiosa y cultural, entre otros. Estos elementos van apareciendo poco a poco en los párrafos de una prosa dinámica, fácil de leer a pesar del tiempo en que ocurren los sucesos de la historia narrada. Este contenido se aborda no con un afán de denunciar los atropellos del imperialismo británico en el subcontinente indio, pero en la lectura del libro se describe de manera detallada, un enfrentamiento entre dos culturas opuestas. Esto, en un escenario donde el paisaje indio es el telón de fondo, a veces desolador, áspero, ingrato, y en otras, el paisaje se percibe fresco, agradable y fértil.


El relato nos presenta las experiencias de dos turistas inglesas, durante su viaje a la India; Mrs. Moore, madre Ronny, magistrado en la ciudad india de Chandrapore, y Adela Quested su prometida, quien va a visitar a su futuro marido y a comprobar cómo sería su vida en el país colonizado para decidir si se casa con él. Las visitantes muestran curiosidad por conocer la India y su gente, pero se encuentran involucradas en una situación difícil, producto del racismo y la superioridad de la clase inglesa, confinada en sus clubes y en un clasismo con sus maneras despectivas hacia los nativos. Por intermedio del profesor Fielding, un humanista liberal ajeno a todo convencionalismo, conocen a un joven musulmán, médico llamado Aziz, quien prodiga mucho amor hacia los demás pero frustrado por el trato que recibe de los ingleses, sobre todo, de su jefe, el Mayor Callendar. Un día, mientras se encontraba comentando esta situación con sus compañeros Hamidullah y Mahmou, se presenta una acalorada discusión que lo obliga a retirarse del grupo y se dirige a la mezquita en busca de silencio y paz. Allí conoce a Mrs. Moore y sorprendido por el trato recibido de ella, se inicia una buena amistad.

Las recién llegadas asisten a una fiesta que en su honor había organizado Mr. Turton, el gobernador del lugar y a la que acuden los indios más importantes del lugar con sus mujeres. Allí Adela conoce a Fielding, el director del colegio estatal, quien la convida a tomar el té en casa del profesor hindú Godbole, donde también asiste Aziz. Fielding, un personaje-bisagra, -gran hallazgo de Forster-, quien facilita el encuentro de las dos civilizaciones, la oriental y la occidental. En esa reunión surge la amistad entre el profesor inglés y el médico musulmán quien, emocionado por sus nuevas relaciones, invita a todos a un viaje hasta las Cuevas de Maribor, cerca de Chandrapore, una especie de laberinto oscuro donde habita un impresionante eco que según los lugareños, perturba a quienes entraban a ella por primera vez, sufrían transformaciones internas y en consecuencia, jamás salía de ellas igual a como entró. La oscuridad de estas cuevas, parecida al vacío, convertía cualquier ruido, movimiento o palabra, en un eco que se hacía sentir en las profundidades del ser como un llamado a despertar de una realidad no revelada al exterior.

Este viaje será el desencadenante de los enfrentamientos que evidenciarán el choque entre los dos mundos que luchan por dominar aquella parte de Asia. Por razones diversas, algunos de los invitados deciden quedarse en un campamento cercano mientas Aziz, su criado y Adela, avanzan hacia las criptas. Mientras Adela se interna en ellas acompañada de Aziz, experimenta el despertar de su realidad interna, llena de temores, no desea afrontar los pensamientos que le invaden frente a la imagen del musulmán, cuyos grandes ojos negros le asustan en la oscuridad y los ecos, hechos palabras ciertas, le repiten lo que su alma toda le demanda: "No estás enamorada de tu futuro marido, no sabes lo que es el amor ni lo sabrás nunca y quieres sentirlo". Adela siente como si la muerte viene hacia ella, comprende que la vida futura con su prometido, carece de sentido. Huye del lugar y ahogada por una fuerte crisis de asma, se desmaya. Al despertar, no reconoce la experiencia vivida y denuncia que Aziz intentó abusar de ella.

A partir de este acontecimiento, se desarrolla una batalla contra el joven musulmán y su raza donde el colonialismo se manifiesta como una brutal máquina destructora. Los ingleses tratan de castigar la osadía de los indios a través de Aziz. La comunidad nativa asume estas acciones como una expresión más del desprecio de los ingleses y se preparan para defenderse como si se tratara de una batalla. De esta manera, comienza una brutal confrontación entre las dos civilizaciones. En esta parte de la novela, pareciera encontrarnos frente a un relato político donde destacan los opresores, los oprimidos y un escritor que se coloca del lado de las víctimas. Para muchos críticos literarios –y así creo- esta novela plantea algo más que la simple exposición de un enfrentamiento de esas mismas culturas, dentro de una historia complicada e indignante, construida quizás, con el propósito de reconciliar las fuerzas opuestas de la razón y el misterio, armonizar la trágica antítesis del ser humano. De allí que la novela se estructure en tres partes básicas: la Mezquita, las Cuevas y el Templo. Cada una de ellas se corresponderá a una manera diferente de comprender la vida real y la espiritualidad.

El eco que suele escucharse en su interior, la voz de nuestras propias conciencias: si estamos vacíos, resonará en nuestro interior y podría representar la ausencia de Dios en nosotros, el lugar donde no accederá religión alguna; o simplemente, la presencia del mal. Aquello que la protagonista escucha desde el interior de las cuevas no es un eco normal sino la voz de su propio yo, su conciencia. Por esta razón, de una manera muy sutil, Forster refiere que durante el proceso judicial contra Aziz - presunto violador- el eco se mantiene vivo en el mundo interior de Adela, y sólo cuando se aclara la terrible situación, el eco calla. En este contexto, lleno de simbologías, nos encontramos que los personajes principales de esta novela son cristianos o musulmanes, sin embargo, el hinduismo aparece como un elemento temático importante.

A Forster le interesa destacar su visión unificadora de la religión sin discriminación por cuanto todos los seres humanos se encuentran unidos en el amor y para él, esta visión está representada en el profesor Narayan Godbole, un hindú, filosófico, tranquilo e imperturbable, en el que parecieran manifestarse misterio y religión; de allí el comportamiento de este personaje ante el drama, no se parcializa por alguien y reconoce que todos están implicados en el mal de Marabar. La Mezquita y Aziz representando al Islam, la naturaleza emocional y la entrega incondicional, y finalmente, las Cuevas, con su llamada secreta hacia lo insondable, opuestas a la mentalidad racional y jerárquica de los cristianos occidentales. Las Cuevas se levantan como un personaje más, hermético e inexplicable; un espejo de nuestro mundo interior.

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